Siete de la tarde de un domingo frío en Coruña.
Entro en mi casa con las mochilas cargadas de nuevas sensaciones vividas en una semana desconectado en las montañas. Después de unas merecidas vacaciones vuelvo a la dulce rutina y descubrimiento diario.
Enciendo el portátil y dejo descargando los emails que se han ido acumulando en sus respectivas bandejas de correo.
Con mi té verde en la mano, empiezo a mirar por encima los encabezados organizando en sus carpetas para revisarlo a posteriori.
Me quedo parado, y atónito, encima de un email con el título “ME HA TOCADO LA LOTERÍA ¡!!!”. El destinatario ¿? .. un coachee con el que tengo el placer de desarrollar un proceso de Coaching.
Lo abro sin despegar apenas la taza de mis labios.
Sólo una frase directa: “Llámame tan pronto puedas”.
El lunes por la mañana lo llamo de camino al trabajo: “Hola Jose, ¿Qué tal estás?”.
Un entusiasmado Jose me regala una serie de risas y, sin apenas dejarme hablar, me clava un “tenemos que vernos lo antes posible. Vas a alucinar. Estoy contentisimo ¡!!. Cuando puedes quedar conmigo ¿?? “. Todo ello regado de varios “es urgente, es urgente “.
A las ocho de la tarde entro en la cafetería de un hotel del centro donde, entre los grupos de personas que se encuentran tomando un café y compartiendo personas, distingo, al fondo, una mano alzada.
Es Jose. Una gran sonrisa se distingue en su cara. Impresionante. Nunca lo había visto así.
Se leventa y se acerca con los brazos abiertos.
“ Gracias por venir ” – exclama.
“ Me tienes en ascuas. ¿Qué ha pasado? ¿ Eres millonario ?” – le pregunté.
Una sonora y gran carcajada salió de lo mas profundo de su cuerpo. Cuando se calmó un poco, y sin dejar de lado la sonrisa, me dijo: “mejor que eso Felipe. He descubierto como conseguir mi objetivo. He visto como ser feliz. Eso es mucho mejor que el premio gordo de Navidad. Y todo gracias a ti”.
“¿ Gracias a mí ?» – pregunté.
«Si. Gracias a ti y a las sesiones de Coaching he logrado conseguir ver lo que realmente quiero y me hace feliz «.
» No te equivoques. Lo único que he hecho es acompañarte en tu toma de conciencia de tus posibilidades. Lo demás lo has hecho tú.» – respondí.
«Si tú no te hubieses comprometido genuinamente con tu desarrollo y con conseguir tu objetivo, nada puede hacer tu Coach» – añadi.
El café transcurrió con muchas carcajadas y saliendo de aquel local con una gran satisfacción por ver como mi coachee ha logrado su objetivo.
Quizás sea su objetivo final o puede que sea uno intermedio.
Quizás lo vuelva a ver en un nuevo proceso .. o quizás no. Quien sabe.
Lo único que tengo seguro es que Jose sigue creciendo y caminando hacia lo que, sin duda alguna, es un punto de gran alegría y satisfacción para él.
Cuidate Jose.
Un abrazo,
Felipe García
