En aquella época me estaba recuperando de una lesión en mi hombro derecho y había decidido retomar el plan de entrenamiento que había hecho que, en los últimos cinco años cogiera una gran forma física.
Estaba buscando una tienda donde adquirir complementos nutricionales para mi plan de nutrición.
Esa día fui a una que estaba muy cerca de mi casa.
«Buenos días, ¿ en que te puedo ayudar ?» – me preguntó el fornido dependiente de la tienda.
«Hola, estaba buscando proteína de suero … » – empecé cuando fui interrumpido.
«¿ Qué quieres? .. ¿ ponerte fuerte? » – me respondió mientras se giraba hacia una parte de las estanterías donde habían expuestos toda una colorida gama de botes de distintos tamaños.
Sin que apenas pudiera responder y mientras volvía a girar su cuerpo hacia mi, pude ver que había cogido dos botes – «mira, te recomiendo que te lleves estas proteínas con carbohidratos y también un buen bote de creatina «.
«Pero … » – apenas podía articular una frase … sólo quería información: no tenía claro si con mi lesión sería necesario suplementar mi alimentación o no.
«Y además, tienes que llevarte un bote de aminoácidos que es un componente vital para lo que quieres » – me decía mientras iba amontonando botes encima de mi como si de una pirámide se tratase.
«Pero si no sabes lo que quiero no para que lo quiero !!!!!!!! » – quería gritarle aunque reconozco que en el momento el tipo me intimidaba un poco ( vaya brazos que tenía el bestia parda !! ).
El tema es que, después de casi veinte minutos escuchando y casi sin hablar hice lo que muchos clientes hacen en esta situación: «vale, gracias … me lo pensaré y, si tal, vuelvo por la tarde«.
Quería escaparme, no quería escuchar mas propuestas de botes maravillosos … esa es la auténtica realidad.
Iba enfrascado en la sensación negativa que me había generado aquella experiencia de cliente cuando, después de cinco minutos caminando, veo un escaparate … con nutrición deportiva.
«¿ Y esta tienda?» – me pregunté – «¿ desde cuando está aquí ?«.
Mientras estudiaba todo lo que había en el escaparate, y a pesar de la experiencia que acababa de tener, me pregunté: «¿ y por qué no ?«.
A medida que entraba en la tienda, me fije que era mucho mas pequeña que la anterior ( pero bastante mas pequeña ).
Casi simultáneamente fui recibido por una pareja.
Recuerdo que ella salió de detrás de un mostrador colocado a la izquierda del local mientras que por la derecha se acercaba él.
Mientras que se acercaban por mis flancos, delante de mí vi muchos diplomas y un fotos de un culturista ( a los pocos minutos reconocí la misma cara en el hombre que me estaba atendiendo ).
«Buenos días» – me dijo la mujer con una gran sonrisa.
«¿ En qué te podemos ayudar campeón ?» – me preguntó él con una sonrisa que transmitía cercanía y confianza.
«Hola, estoy buscando proteina de suero … no sé si tenéis» – pregunté mientras me dejaba contagiar por el entusiasmo y cercanía.
«Pues tenemos toda la que quieras» – me respondió él hombre.
«¿ Para qué la quieres ? » – me preguntó ella.
«¿ Como que para qué la quiero ? … para tomármela !!!» – recuerdo haber pensado.
Si no lo dije es porque me encontraba embriagado por el buen feeling que me transmitía esa pareja de madrileños.
«¿ Vas a competir, estás preparándote para algo, .. ?» – me preguntó él.
«No, basicamente he estado muchos años entrenando. Me lesioné el hombro y quiero retomar el ejercicio poco a poco … y no sé si será conveniente el suplementarme» – recuerdo haberle respondido.
«¿ Cuántos días a la semana vas a ir a entrenar ?» – me volvió a preguntar él.
«Mi idea es empezar con cuatro para llegar a los seis días que era lo que entrenaba antes » – le respondí.
«Bueno, yo de ti, y por ahora, no me suplementaria» – me respondió dejándome muy sorprendido – «empieza a entrenar y cuando ya tengas la rutina instaurada, vemos que necesitas«.
Recuerdo haber salido de allí con una mezcla entre agradable y sorpresa.
A los dos meses, cuando ya estaba entrenando seis días a la semana y notaba que mi cuerpo necesitaba mas «gasolina», me volvía a acercar por allí.
Reconozco que iba con la curiosidad y, a la vez, con la duda de ver si me ofrecerían el catálogo completo de productos al igual que había ocurrido en la otra tienda.
Y el «feeling» volvió a resurgir: cercanos, humildes … como si estuviese en familia, así es como me sentí.
«Lo importante es que comas bien y varias veces al día» – me dijo él mientras se sentó en su mesa al tiempo que cogía un folio en blanco.
A los pocos minutos estaba escribiendo unas recomendaciones alimenticias ( qué comer, que evitar, cuanto beber, etc … ).
«¿ Y crees que necesito algún tipo de suplementación? » – le pregunté.
«Bueno, yo te recomiendo que, si sigues entrenando a este ritmo, te tomes batidos de proteína de suero » – me respondió – » y nada mas, lo importante es que sigas comiendo «limpio» y sano «.
«¿ Y tomarme carbohidratos, creatina, aminoácidos, …? » – le pregunté con extrema curiosidad.
« Yo de ti no me metería mas cosas. Come sano, bebe mucha agua, descansa tus horas y te tomas un batido después de entrenar para que tu cuerpo recupere … nada mas » – me dijo con una tranquilidad solo digna de los grande sabios.
A los pocos minutos, mientras caminaba de regreso a mi casa, recuerdo que me iba preguntando: «¿ Y por qué no me vendió mas cosas como intentó el de la otra tienda ?».
Con el tiempo, lo entendí todo.
Esa tienda sigue abierta a día de hoy … se llama Sport Enteiro y está en A Coruña.
Matias y Carmen siguen al pie de su negocio recomendando y asesorando a todo el mundo que se acerca por allí.
Para mí son el perfecto ejemplo de vendedores que no «venden»: profesionales como la copa de un pino que se preocupan antes del cliente que de la venta.
En este caso no me extraña nada que, con el tiempo, se hayan convertido en auténticos referentes en cuando a nutrición deportiva se refiere en Galicia: entrenan a campeones regionales y nacionales de culturismo, ayudan a prepararse fisicamente a profesionales que necesitan estar en my buena condición.
Aunque ya hace mas de 10 años desde mi primera visita, estoy orgulloso de poder hablar con ellos de manera periódica ( por supuesto, sigo siendo cliente desde el primero momento ) y compruebo como son auténticos cracks en cuanto a cuidar al cliente, interesarse por él de una manera genuina y, por supuesto, … vender.
Enhorabuena amigos !!
Un gran abrazo,
Felipe
