Desde que estoy en mis vacaciones forzosas he redescubierto un placer que tenia olvidado.
El simple hecho de sentarte en un bar con tres o cuatro amig@s a tu lado… y escuchar.
Simplemente escuchar.
Sin decir una palabra.
Por un instante se te olvida todo el ajetreado mundo del que provienes y, por un momento, recuerdas que es lo que realmente importa.
Algo tan sencillo y fácil que, con el tiempo, se olvida … o lo olvidamos.
Hace poco alguien me dijo: «menos mal que te volvemos a ver. Estas desaparecido !!». Eso me hizo pensar, y mucho.
Realmente merece la pena alejarte de toda tu gente ???
SÉ que NO.
Un abrazo,
FGR