Fue entrar en aquella sala de Barcelona y enseguida cautivó mi atención.
Ya sé que para ti posiblemente sea «sólo» una caja de plástico.
A mí me recordó mucho a la que me subía de pequeño para poder llegar a la caja registradora que había en la tienda de mis padres para cobrar a los clientes que venían a hacer su compra diaria … sentí pura emoción.
Ese reencuentro y el recuerdo que me desató era el presagio de lo que iba a suceder ese día con parte del equipo comercial de de Orangina Schweppes en Barcelona.
Dentro del encuentro comercial me encomendaron la fácil misión de motivar al equipo.
Digo «fácil» porque la energía ya estaba en el ambiente y poco tuve que hacer para que se implicaran y quisieran «jugar» conmigo.
«Haz algo distinto a lo clásico» – me habían comentado los responsables días antes.
¡¡ Y así fue !!.
Al acabar el evento recibí un piropo – «dime que puedes estar el día 5 en Madrid» – me dicen mientras estaba metiendo el portátil en el maletín.
Miro la agenda en el móvil y … – «lo siento, tengo la fecha reservada» – dije con cierta pena por no poder cumplir con la petición mi cliente.
«Nos volveremos a ver, seguro» – fue la despedida de un gran día en Barcelona.
Unas semanas después … ¡¡ repetía experiencia !!
En esta ocasión en Valencia.
Te podrá parecer una tontería (que sé que no) pero no sabes lo bien que uno se lo pasa cuando su trabajo es motivar a compañer@s de profesión: a comerciales, vendedores y profesionales de atención al cliente.
Y allí estaba, rodeado de grandes vendedores con muchos kilómetros a sus espaldas y que querían evolucionar en el modo de atender y vender a su cliente.
Recuerdo que al acabar el evento (ya hacía un buen rato que yo había terminado mi intervención), estaba saliendo del baño y me dirigía hacia la sala para recoger mi maletín.
En ese momento, vi un aluvión de personas que se dirigían hacia mi.
Me aparté para no entorpecer la salida del grupo (entendía que después de todo un día de encuentro, seguramente se querían ir para casa) y me encontré con una gran y grata sorpresa.
De una manera casi mágica se formó delante de mí una cola y, una a una, todas las personas asistentes se despidieron de mi agradeciéndome el que «por fin, alguien que nos entiende y sabe lo que es estar en la calle«.
«Wooooww!!!!» – pensé.
Sé que lo digo alguna vez pero te prometo que este es un auténtico subidón de adrenalina.
Por que, al final, puedes tener conocimientos, soltura en el escenario, etc … pero mover a un equipo comercial tiene sus particularidades y, sin duda alguna, si nunca has «gastado suela» quizás no acabes de empatizar con todas l@s vendedores y/o comerciales
El que un grupo como aquel, de vendedores muy seniors (con mucha experiencia) se paren a despedirse de ti agradeciéndote el tiempo que les has dedicado … porque no me estás viendo ahora mismo pero se me están poniendo los pelos de punta.
Por ello: GRACIAS equipo por querer «jugar» conmigo y hacer algo muy diferente y, por supuesto, GRACIAS Orangina Schweppes por confiar en mi y darme esta oportunidad.
Nos vemos muy pronto.
Un abrazo … y buenas ventas !!
Felipe