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Hace un tiempo que, en mi cabeza, retumba una duda, una idea … quizas, una filosofía … no lo sé.
Hoy he decidido hacer un ejercicio de toma de consciencia y, de paso, compartir contigo mis inquietudes.
Quizás sean una locura, quizás ideas locas de un loco, quizás …
Creo que sobra decir lo que me apasiona el mundo del desarrollo personal y, gracias al Coaching, estoy descubriendo una herramienta tan poderosa que, hasta hace bien poco, mucha gente pasaba por alto: el gran potencial que reside en nosotros mismos.
No quiero adentrarme en ese punto ( me conozco … como empiece a escribir sobre ello no paro de aqui a mucho tiempo 🙂 ), sino que quiero prestar especial foco a la persona que facilita el proceso de Coaching: el Coach.
Sinceramente creo que un buen Coach nunca termina de formarse. El gran camino que hay que recorrer está repleto de miles y miles de opciones e información que, el Coach, tiene que hacerse suyas. Es cierto que existen varias aptitudes que deberá desarrollar si quiere dedicarse a este apasionante mundo. Por poner un ejemplo: la escucha activa.
No sólo ha de saber escuchar sino que ha de realizar un gran esfuerzo en «silenciar» su ruido o movimiento mental de cara a estar totalmente presente en la información que le traslada su coachee ( persona que recibe o solicita una sesión de Coaching ).
Por experiencia propia te aseguro que alcanzar ese nivel de presencia puede ser difícil. Si eres una persona inquieta, mentalmente hablando, el adquirir este control puede requerir un gran compromiso y energía por tu parte. Eso si, los resultados son increíbles.
El motivo de este artículo es compartir contigo una cuestión que surge en mi mente: ¿ puedes tener esa cualidad para el Coaching y, fuera de una sesión, ser totalmente contrario a ella ?
La primera respuesta lógica suele ser «si, claro».
Si ahondamos un poco mas en la cuestión, incluso podemos poner un pequeño ejemplo.
Al margen de la escucha activa, en el Coach debe reinar una cualidad, para mi, indispensable: inexistencia de prejuicios o el, ya famoso, «vaso vacio».
El no tener ningún tipo de prejuicio acerca de lo que el Coachee te está contando ayuda a que dejes de lado juicios de valor y esté totalmente presente en la información con la que, a posteriori, se deberá de trabajar.
Como podrás imaginar, ésta tampoco es una aptitud fácil de desarrollar, ya que, en cierto modo, requiere «callar» los juicios que fluyen por nuestra mente los cuales están ansiosos por etiquetar de una manera fulgurante las acciones que observas y/o escuchas ( «lo estás haciendo mal …», » es un gran error … «, etc… ).
Bajo mi punto de vista creo que al desarrollar dicha cualidad, casi espontáneamente, se traslada a tu faceta mas personal.
Creo que el esfuerzo y las grandes dosis de energía que requiere el separar totalmente una cualidad, como la mencionada, entre tu vida personal y tu vida Coach, y teniendo que nuestras presencias avanzan hacia un estado de ahorro de energía, lo lógico es que tu mente asimile el cambio y el avance para todas las facetas de tu vida.
He tenido la oportunidad de comentar esta inquietud con algunas personas, algunas de las cuales son Coachs.
Como es lógico, cada persona tiene su opinión. Si bien es cierto que abundan los Coachs que están de acuerdo en que muchas de las facetas que se requiere desarrollar para el mundo del Coaching son un gran beneficio para tu vida personal, con lo que se aplican en la misma, también es cierto que me he encontrado con otras personas que afirman todo lo contrario.
Me comentan que, por ser Coach y tener una gran escucha activa, ello no quiere decir que, en su vida personal, la desarrollen. De hecho, y ésto lo digo con una sonrisa en la boca mientras lo estoy escribiendo, hay una frase que ya me la han dicho dos personas: «Que desarrolle procesos de Coaching no quiere decir que vaya de Coach por la vida «.
Lógicamente el ir de «Coach por la vida» creo que es innecesario y, es mas, contra productivo ( no todo el mundo necesita un proceso de Coaching al igual que no todo el mundo necesita Prozac ). Eso si, las cualidades o aptitudes desarrolladas para ser Coach, entiendo que son increiblemente necesarias para nuestro mundo personal.
Es por ello que entiendo el Coaching no como una profesión, o un hobbie, sino como una actitud de vida.
Y tú, ¿qué piensas sobre ésto? … Coaching: ¿profesión o actitud?
Un abrazo,
Felipe García
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