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Creo que no cuento ningun secreto cuando digo que suelo indagar sobre cursos que puedan aportarme algo en mi camino del desarrollo personal.
Tambien es cierto que, tal y como hace poco le decía a varios amigos, creo que la formación está canibalizada. Todo el mundo dá formaciones.
No sé si te ha ocurrido a ti, pero a mí no es la primera vez que acudo a un evento y resulta que me encuentro con que el «formador» se ha bajado un contenido de Internet ( lo sabes porque en una de las esquinas de algunas diapositivas aparece una dirección web del estilo «todostuscursos.com» y que, evidentemente, no tienen nada que ver con la persona que lo está presentando ) y, para mas inri, no se le ocurre otra cosa que leerlo para nosotros.
Gracias hombre, pero para leer, por ahora, no necesito ayuda … y, por favor, no me des la espalda.
El tema es que, cuando algun amigo o contacto me sugiere por email una formación, les hecho un vistazo y valoro el acudir. Reconozco que últimamente suelo acudir a menos eventos que antes. Ésto es consecuencia inevitable de que mi filtro de aceptación es mayor.
Realmente lo hago por tres razones, y todas tienen en común una palabra: RESPETO.
– Respeto por el ponente: a mi me gustaría que la gente que acude a una formación mía estuviese realmente interesada. De lo contrario yo estaría perdiendo el tiempo como «formador»
– Respeto al resto de los asistentes: una persona que no está realmente interesado en un formación puede contagiar cierto desanimo en el restante de los asistentes.
– Y, ante todo, respeto por mi mismo: no me gusta nada perder el tiempo y una «formación» donde no se me aporta nada, entiendo que no es una inversión de tiempo ( de hecho ni la considero formación ), sino todo lo contrario.
Bueno, el hecho es que hace unos meses, una amiga me envía un anuncio de una formación sobre oratoria.
La verdad es que me llamó mucho la atención el título. Lógicamente la persona responsable de desarrollar la acción formativa pensó hasta en el último detalle. Eso, quieras o no, va sumando positivamente.
En la información se incluía el CV de la formadora y datos sobre la empresa.
Despues de valorar todos los datos, me decido a contactar con ellos.
Reconozco que, por mi labor profesional semanal, mi agenda es muy poco adaptable a ciertos horarios. De todos modos, desde el primer momento, me encontré con una Alejandra Sánchez dispuesta y con espiritu resolutivo.
¿Quien es Alejandra Sanchez?, te preguntarás. Pues es la Directora de Bevel Consultores. Aunque, en las fechas en las que estaba programada la formación, tenía pendiente la confirmación de varios viajes a Madrid, Alejandra mostró su disposición a valorar alternativas y opciones para que no me perdiese su formación.
Soy consciente de que alguno podrá pensar: «Normal, con tal de no perder un cliente, yo también lo haría». Te aseguro que, con el planteamiento de agenda que yo tenía en ese mes, la gran mayoria hubiese dicho «pues para la siguiente ocasión será».
Ahora que la formación terminó, y queriendo hacer un resumen de ella, me doy cuenta que, quizas, llevaba un prejuicio de cara a la formación. Como comentaba anteriormente, cansado de «formaciones estrella» no me hubiese sorprendido el encontrarme con otra de ellas.
Cual fue mi sorpresa, desde el primer momento, cuando me encuentro con todo lo contrario: un Alejandra pletorica, unos asistentes con unas inquietudes de primer nivel y una organización exquisita.
Sobre el desarrollo del curso, para mi, fue muy bueno. Con carácter muy cercano y, sobre todo, muy práctico, se incluyeron entrenamientos personales, trabajos en grupo, dinámicas de equipo muy prácticas e instructivas y, sobre todo, un factor humano impresionante.
Lo único negativo: el tiempo. Creo que todos nos quedamos con ganas de aprender mas.
Incluso la propia Alejandra nos comentaba que había sido una experiencia muy buena para ella. Sé que lo ha sido para todos.
¿Porque te cuento todo esto?. Pues porque me gusta compartir aquellas experiencias e información que me han aportado y que, sin duda alguna, volvería a repetir.
Estoy muy contento de encontrarme con una formación que es tan cercana, humana y práctica. Sin duda alguna, comparte muchos de los valores que yo mismo quiero para mis charlas y, por ello, no dudo ni un segundo en recomendar el trabajo de Alejandra, el cual no perderé de vista.
Simplemente … impresionante.
Un abrazo,
Felipe García
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